Lunes.
Terminó. Lo supe desde el momento en el que decidí revelar mi identidad. Sentí que después de haber llegado tan lejos, era momento de dejar mi sombra y materializarme en la persona que jamás pensaste que sería. Quería que me vieras como yo te veía desde hace tiempo. Quería comenzar a ser. Fuiste luz en los días solitarios en los que descansaba mi alma, y me gustaba cómo se sentía la nostalgia mientras te veía mirar hacia la nada; estabas tan muerto como yo. Y ahora, siendo lo que soy, te digo hola cada mañana, pero ya no eres el sueño. Ahora que puedes verme, no puedo sentirte.