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Mostrando las entradas de agosto, 2018

Amarillo.

Me quedé dormida. Y cuando desperté, me di cuenta que el tiempo había pasado y yo era más vieja. Pero no más lista.  Se desvaneció en segundos el recuerdo del sueño que tuve el día de ayer, el ayer que fue hace casi ocho años. Un árbol de durazno, ojos que jamás había visto y las casas más solitarias del mundo. Poderes sobrenaturales y mis mayores deseos cumplidos. Todo perdió contexto en cuanto miré la luz del día y la enfermera tomó mi mano. -Bienvenida.- -¿A dónde, señorita?- -Al futuro.-

Hasta mañana.

Se fue, mi sueño se fue; a soñar. A soñar con el mundo que dejó suspendido en las grietas de su memoria. ¿En dónde te encontraré ésta vez? Sueña bonito mi sueño, sueña. Pues en mi mente agrietada con recuerdos tuyos, sólo puedo soñar contigo.